El colmo de lo absurdo. 

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Como ha pasado durante los últimos años, la Formula 1 ha tenido una nueva modificación.  Ahora, el turno fue para el formato de calificación, siendo Melbourne la prueba del ácido. El resultado ya es ampliamente conocido.

Después del desastre parecía que todo regresaría a la normalidad, la calificación seguiría con la configuración anterior. El colmo de lo absurdo fue que al final no fue así. Los dueños del negocio se reunieron para llegar a una solución referente a este nuevo dilema que ellos mismos propiciaron. Y el resultado es inverosímil.

La FIA propuso e impuso un sistema mejorado, en el cual la Q1 y Q2 permanecerían con el nuevo sistema. Y la Q3 volvería a la antigua y ampliamente conocida forma de calificar.

Tanto el Grupo de Estrategia como la Comisión de la Formula 1, tuvieron como única propuesta este renovado concepto de calificación. Al momento de la votación, la FIA sufrió un revés. Los equipos McLaren y Red Bull se negaron a dar su apoyo a esta propuesta. 

Para poder hacer un cambio a cualquier concepto del reglamento se necesita el voto a favor de todas las partes, y como esa unanimidad no sucedió, llegaremos este fin de semana al Gran Premio de Bahréin con la controvertida forma de calificación que ya demostró ser una calamidad.

La necedad de cambiar el sistema de calificación es una decisión más de muchas que se han hecho para hacer más espectacular y emocionante la Formula 1. Pero al final de cuentas los resultados están ahí y no se pueden ocultar. Los raitings en Europa han ido a la baja, y el espectáculo no ha mejorado.

Las malas decisiones y la falta de acuerdos, han afectado a la máxima categoría. Ésta, está perdiendo su identidad.

Honestamente, no necesitamos un nuevo sistema de calificación. Lo que queremos ver son mejores carreras en donde haya más rebases y mayor emoción. Queremos una Formula 1 menos predecible. 

Las mejoras no tienen que ser el resultado de un proceso complejo. Sólo se requiere conciliar soluciones tangibles que realmente perfeccionen a la Fórmula 1, y no la hagan perder su esencia. 

No caigamos en el colmo de lo absurdo!!!

José E. Suárez J.